Senegal 2025 Autosuficiencia
Tras conocer a la incombustible y entrañable Hortensia, en mayo de 2022 y su inconmensurable obra, no puedo evitar volver a Sanghé, periódicamente, para compartir momentos únicos y acompañarla en su camino de solidaridad. Cada viaje es diferente, nunca se sabe que experiencias acabarás viviendo, pero seguro que serán auténticas e inolvidables, vivencias que se anclarán en tu alma, iluminando tu corazón, con la llama de la esperanza y la ilusión, de la fraternidad y la empatía.
_edited.png)
_edited.png)


Sábado, 1 de febrero 2025
Barcelona - Sanghé - Senegal
Apenas han transcurrido dos meses desde mi última estancia en Senegal y de nuevo estoy en un avión, escapando del invierno y deseando revivir emocionantes experiencias. Esta vez me acompañarán mi prima Eva y una buena amiga suya aunque sólo vendrán una semana y no llegarán hasta el martes 11, así que tengo por delante unos cuantos días para avanzar en la contabilidad de la escuela y en la poda de los árboles frutales, siempre que no surja alguna otra prioridad. Además, me gustaría empezar un proyecto de autosuficiencia para la casa de voluntarias de manera que los huéspedes podamos saborear frutas y verduras kilómetro cero. Aprovecho las cinco horas del vuelo para desconectar e ir planeando mi agenda de los próximos 17 días.
Domingo, 2 de febrero 2025
Huerto en funcionamiento
Ayer, en el avión conocí a dos hermanos catalanes que vienen dos semanas de turismo y como todavía no tenían hotel reservado y pensaban empezar por visitar la reserva de Bandia, les propuse que pasaran la noche en la casa de voluntarias. Compartimos el taxi, que pagaron ellos y cuando quise pagarles mi parte me di cuenta que había perdido el monedero con todo el dinero senegalés que me había sobrado del último viaje. Seguro que se me cayó en el taxi, vaya manera de empezar el viaje… Tras cenar con la pareja francés-senegalesa que ocupa una de las habitaciones y que hoy regresa a Francia y ayudar a organizar los taxis para mañana de los hermanos, nos fuimos a descansar y hoy me levanté con la ilusión de ver cómo estaba todo. El huerto que pusimos en marcha en noviembre de 2022, ya está en pleno funcionamiento y está repleto de cebollas, ingrediente esencial en la dieta senegalesa, y en el jardín de la casa también hay cebollas plantadas por todos lados, parece que me leyeron el pensamiento de mi idea de proyecto de autosuficiencia. Hoy, Hortensia, tiene una celebración eclesiástica y estará todo el día fuera, así que localizo mis instrumentos de poda y empiezo mis trabajos de jardinería con los limoneros, el mango, las papayas y todos los frutales y plantas ornamentales que necesitan un recorte. Además busco un recipiente para empezar a preparar compost con los restos de cocina y preparo algo de tierra para plantar semillas de espinacas y fresas que tenía en casa. No sé si el clima será el adecuado, pero al menos lo intentaré.

2022

2025




Lunes, 3 de febrero de 2025
Reencuentro con Hortensia
Antes de desayunar, llega Hortensia para saludarme por fin, luego se pasa por la escuela y regresa a buscarme. Mientras Hortensia realiza algunas gestiones en el pueblo, yo equipada con las tijeras de poda, prosigo con la poda de sus frutales, hace más de dos años que empecé, pero no hay manera de acabar, a ver si durante estos días puedo dar un gran empujón y se ve la diferencia. Al mediodía nos acercamos a la escuela y me enseña los avances, el segundo piso, con las nuevas clases, está ya casi acabado. En poco más de dos semanas se hará la inauguración con Manos Unidas y Hortensia quiere que le ayude con los preparativos. Ya tenemos otra prioridad en la agenda. Por la tarde, me dedico a tareas contables, cuadrando las nóminas de los profesores de los últimos años con los pagos realizados a la DIDEC, el organismo que se encarga de gestionar todo lo relativo con los maestros.
Martes, 4 de febrero de 2025
Santa Veronique
Hoy paso la mayor parte del día en la escuela, entre nóminas, facturas y papeles y de vez en cuando viene Hortensia a rescatarme para avanzar con los preparativos de la inauguración. Hyace, uno de los conductores de los autobuses, en su tiempo libre, se encarga de poner en marcha el huerto de la escuela. Le ayuda David, al que han contratado recientemente para sustituir a Michel, que hace unos días, una vez arreglados todos los papeles, voló a Madrid para trabajar en un circo propiedad de unos amigos de Hortensia. La primera clase de arriba, ya está acabada. De momento, será el despacho de Simón, el director, sala de reuniones y clase de refuerzo para los alumnos que lo necesiten. Disponemos las mesas y sillas de la manera que creemos más conveniente y cortamos las telas, que una vez cosidas y tintadas servirán para decorar la gran mesa para hasta 15 personas y la mesa del director. Hoy es santa Verónica y las hermanas han preparado una cena para celebrar el día de la codirectora de la escuela, a la cual me han invitado. Antes, nos despedimos del albañil, que trabaja de sol a sol para acabar lo que falta y poder pintar. De regreso a casa, pasamos por el herrero para encargarle un trabajo y éste, nos lleva a ver los quince árboles de papaya que Hortensia ha encargado para plantar en el huerto de las mujeres y en la escuela, comprados con el dinero de las primeras ventas de papayas de la escuela. También tiene guayabos, y compramos dos por mil CFAs (1,5 euros). Queríamos comprar también semillas de verduras y hortalizas pero sólo vende por encargo y al por mayor. Finalizamos el día con una agradable cena en buena compañía.
Miércoles, 5 de febrero de 2025
Mañana de recados en Thiés
A las nueve he quedado con Hortensia para acompañarla a Thiés a hacer varios recados, pero antes preparo unas lentejas, que llevan en remojo más de 24 horas, para obtener brotes en unos días. Unas pocas las he dejado en una bandeja con papel absorbente húmedo y otras las he puesto con un poco de tierra. Ahora debo acordarme de humedecer las de la bandeja cada día, y regar cada 3 días las de la tierra y esperar a que la magia de la naturaleza me regale un superalimento. De camino a Thiés, nos paramos a dejar las telas de ayer para que hagan el dobladillo y repasamos con Ibrahim todo lo que queremos hacer para no olvidarnos nada. Primero pasamos por una oficina de Western Union a recoger un donativo que le envían todos los meses para pagar al profesor de informática, después localizamos el pequeño local de un señor que arregla máquinas de coser, para dejar una que no baja bien la aguja. No está, pero lo logramos localizar y nos dice que dejemos la máquina y más tarde pasará a revisarla. Seguimos hasta las oficinas de la DIDEC, donde dejamos el cheque del mes de diciembre, recogemos las nóminas de los profesores de diciembre y enero y aprovechamos para preguntar algunas cosas que no tenía claras referentes a la anulación del pago de una de las maestras del mes de octubre que había cobrado en efectivo y también a través de ellos, por el banco. Con todo aclarado, vamos en busca de los tintes para la ropa, Ibrahim nos acerca a una tienda donde cree que venden, pero no tienen y de allí nos mandan a otra y a otra y a otra, hasta que por fin, encontramos un sitio donde sí podemos comprarlos. Ibrahim va a buscar el coche para recogernos en el aparcamiento del mercado, mientras nosotras compramos algunas verduras y un paquete de leche en polvo y regresamos justo a tiempo para que Ibrahim vaya a llevar a los niños de la escuela de regreso a casa en el autobús pequeño, al finalizar las clases, a la una. La tarde la dedico a la jardinería, a ratos podando, a ratos regando, atando algunas tomateras y preparando esquejes de la higuera para reproducirla.


Jueves, 6 de febrero de 2025
Operación tinte
Por la mañana, espero a Jana para enseñarle cómo hacer el compost con los restos vegetales y podar los pequeños frutales del huerto de las mujeres. Luego voy a la escuela, a seguir con la contabilidad, pero pronto llega la visita que Hortensia estaba esperando para recoger la factura de los gastos de los permisos de circulación del flamante autobús llegado desde España bajo la supervisión directa de la ministra de defensa, Margarita Robles. En unos días, ya tendrá todos los permisos y el autobús, de cincuenta y dos plazas, estará listo para iniciar sus viajes con los niños de la escuela. Por la tarde, Hortensia viene a la casa de voluntarias para teñir los manteles que ayer por la tarde recogió del sastre. Primero los dobla y los ata, luego calentamos agua y diluimos tinte verde y rojo en dos barreños y les añadimos dos productos, removemos bien y sumergimos las telas atadas. Cortamos las cuerdas y desdoblamos para ver el resultado, los dejamos estirados en el suelo mientras vamos haciendo los otros y vemos como el color va cambiando a medida que se van secando. Luego se aclaran con agua fría y la lavadora se encarga de fijar definitivamente los colores y que no destiñan. Finalizado el trabajo, sigo con mis tareas de jardinería y plantación de semillas de fresas y pimientos del padrón. Los germinados de lentejas de la bandeja siguen húmedos por lo que no precisan riego y ya se ven los primeros brotes, mientras que las que puse en tierra tuve que regarlas puesto que estaban bastante secas y todavía no se aprecian brotes.

Viernes, 7 de febrero de 2025
Proyectos
Basta compartir unas pocas horas con Hortensia, para que te contagie la ilusión y la energía para dirigir sus proyectos, presentes y futuros, a buen puerto. Ahora está enfrascada por completo en la inauguración de las obras de ampliación de la escuela, seguramente el viernes 21, aprovechando la visita por la zona, en esas fechas, de las cooperantes de Manos Unidas, que ha financiado el proyecto. Pero su cabeza no para, organizando a la vez mejoras y ampliaciones. En la parte del huerto de la escuela, le han subido las placas solares que tenía instaladas para subir el agua del pozo, al tejado, aprovechando esa zona para plantar papayas y para aparcar los tres autobuses. Ahora debe construir unas columnas para poner las grandes puertas metálicas, que ya tiene, para adecuar la entrada del garaje. Además, en el patio del colegio, quiere construir un pequeño local para usar de cantina y vender los desayunos de los alumnos, controlando que sean mucho más saludables que lo que venden actualmente algunas mujeres, básicamente ganchitos, zumos industriales y demás comida basura. También está pendiente de un donativo de arena y grava y de comprar el cemento para hacer los bloques y poder cercar los terrenos que compró hace tiempo alrededor del colegio. Por la mañana pasamos las horas organizando una sala de la escuela donde piensa hacer la recepción el día de la inauguración y que luego quedará como sala polivalente y de proyecciones y por la tarde me ocupo de pasar a ordenador los pagos realizados hasta ahora de los 330 alumnos, para avanzar en la contabilidad.



Sábado, 8 de febrero de 2025
Contabilidad
A primera hora me dedico a regar las cebollas y me ocupo de los brotes y las semillas plantadas. Las semillas siguen sin dar señales de vida, los brotes de lentejas, en cambio, van creciendo a buen ritmo, los plantados en tierra ya empiezan a aparecer y los de la bandeja cada día están más grandes. Mientras separo las semillas del tomate que he comido esta mañana para desayunar, llega David para regar el jardín y aprovecho para pedirle que me ayude con la poda de los dos limoneros. Él, domina mucho mejor el machete y en un periquete aligeramos los árboles de las grandes ramas, algunas secas y la mayoría chupones que no dan frutos y restan energía al resto de ramas. Después, nos reunimos en el colegio con Hortensia, para seguir organizando la sala polivalente y el despacho de Simón, con los manteles que teñimos el jueves. Han quedado preciosos y la clase queda definitivamente acabada, a la espera de la llegada de Simón, prevista para el lunes. Acompaño a Hortensia a su casa, para llevar las papayas del huerto de la escuela, que ha comprado para su consumo y me quedo a comer con ellas. La tarde la dedico a la contabilidad y puedo avanzar bastante, ya tengo todos los ingresos y gastos hasta el momento, introducidos y en un primer análisis detecto que, si bien el autobús sí que cubre los gastos, no pasa lo mismo con la escuela. Los alumnos que hacen uso del servicio de autobús pagan una cuota mensual de entre 4000 y 8000 CFAs, dependiendo de la distancia y según la zona asignada de las cinco previstas. Hay alumnos que ya han pagado todo el año, pero la mayoría pagan con retraso, aun así y a la espera de introducir los importes de los seguros, los ingresos compensan los gastos de gasolina, de reparaciones, de los salarios de los conductores y demás gastos. En cuanto al resto de ingresos y gastos de la escuela, el lunes seguiré analizándolos junto al equipo de dirección.
Domingo, 9 de febrero de 2025
Peregrinación a Popenguine
Ayer, durante la comida, me invitaron a la peregrinación a Popenguine, programada para hoy, y yo, acepté encantada. A las ocho, puntual, estaba en su casa, para acercarnos a la iglesia, desde donde salen los dos autobuses, uno de ellos de la escuela. Va llegando gente y se van llenando los autobuses, así que no tardamos en salir, recorriendo en poco más de una hora, la distancia que nos separa de nuestro destino. En el aparcamiento se acumulan los autobuses llegados de todos los rincones y las coloridas ropas de los peregrinos tiñen de alegría el asfalto. Popenguine es el centro de peregrinación de Senegal, albergando la mayor peregrinación en torno a la fiesta de pentecostés, en junio. Hoy se celebra la peregrinación de los enfermos, puesto que en dos días es Nuestra Señora de Lourdes, patrona de los enfermos. Hay cientos de jóvenes voluntarios, que ayudan a los mayores y a los enfermos a acomodarse en los inmensos bancos, incluso cargando las sillas de ruedas para salvar las escaleras, a la vez que reparten agua y se encargan de que todo salga perfecto. La misa empieza a las diez y se alarga más de dos horas, pero la coral de Thiés se encarga de amenizarla, con sus continuos cantos, para que no se haga pesada. Una vez finalizada, nos dirigimos a la escuela, al lado de la iglesia, donde algunas mujeres han estado preparando la comida y ahora, la reparten en bandejas, para alimentar a unas 200 personas venidas de Sanghé, Thiés y alrededores. A las tres hay otra celebración y antes me acerco a la playa y visito la iglesia, una de las más antiguas del país, construida en 1887. La coral, de nuevo, tiene un papel destacado y, en poco más de una hora, se da por finalizada una peregrinación muy bien organizada y los miles de asistentes regresamos a nuestras casas, tras una jornada alegre y espiritual.
Lunes, 10 de febrero de 2025
Reincorporación de Simón
Simón, tras superar los problemas de salud que le han mantenido de baja muchos meses, se reincorpora hoy a sus tareas de codirección de la escuela. A primera hora, tras izar de nuevo la bandera de Senegal, se dan los resultados del examen de matemáticas que el viernes hicieron una de las clases de los más mayores. El profesor va diciendo los nombres con las notas por orden decreciente, mientras los alumnos avanzan aclamados por el resto. Tan sólo dos, no han aprobado y se quedan, avergonzados, sin poder unirse a sus compañeros. Después, se llenan de nuevo las clases y empieza otra semana de aprendizaje. Yo sigo con la contabilidad de la escuela, añadiendo algunas facturas y pagos que Hortensia me ha dado y que no están apuntados en la libreta de gastos de sor Verónica. También me ha traído el cuaderno con las cuentas del proyecto de los pollos y paso la tarde intentando descifrar los conceptos e introduciendo datos en el Excel, aunque me faltan fechas y facturas de las ventas, sobre todo. Mañana, me sentaré con Jana, para intentar aclarar todas las dudas que tengo y poder acabar la contabilidad. Para despejarme un poco, dedico un rato a trabajos de jardinería y a preparar un bizcocho para el desayuno de mañana y me voy pronto a dormir porque he quedado a las tres de la mañana con el taxi para ir a buscar a Eva y a Lola al aeropuerto.
Martes, 11 de febrero de 2025
Refuerzos
Tras un desayuno reparador a base de pan, mermelada de papaya, lima y pomelo y bizcocho de papaya, todo hecho ayer para la ocasión, mis dos acompañantes se retiran a sus habitaciones, a las cinco de la mañana, acompañadas del canto de los gallos y las llamadas a oración de las mezquitas, para dormir unas horas. Apenas cinco horas después ya están activas, deseosas de integrarse en la realidad senegalesa. Hemos quedado con Maurice, chófer, guía y amigo de Hortensia desde que llegó a Sanghé, para que nos ofrezca excursiones para conocer el norte y complementar la excursión de dos días que ya tienen contratada para descubrir el sur, mañana. Después, nos acercamos a visitar la escuela, el dispensario y la casa de la congregación, antes de regresar a degustar el famoso Yasa de pollo, que nos ha preparado Jana, aunque esta vez ha sustituido el arroz por cuscús, ya que se le había acabado el arroz. De todas maneras, está buenísimo, la salsa de cebolla, como siempre, deliciosa. La siesta, hoy imprescindible, nos prepara para el paseo vespertino. Nos dirigimos, dirección Peleo, a ver los imponentes baobabs, aunque al no tener hojas y seguir con los omnipresentes plásticos a sus pies, no me parecen tan espectaculares como otras veces. Seguimos admirando el paisaje de las afueras del pueblo, antes de regresar al centro, a la tienda donde compramos las telas en el último viaje, aunque, como me temía, estaba cerrada, así es que continuamos visitando la zona del liceo y las pistas de deportes, llenas de jóvenes practicando futbol, baloncesto y balonmano. De vuelta a casa, subimos al terrado, a hacer una clase de yoga en silla y justo cuando acabamos, llega Maurice con las propuestas de excursiones. Tras una agradable charla, nos propone ir el viernes a la reserva de animales de Bandia, visitar la zona de Saly y acabar viendo la llegada de los pescadores, en Mborg. Y el domingo y lunes a Saint Louis, el desierto de Lompoul y acabar en Dakar, donde tienen unos amigos que visitar y desde donde irían al aeropuerto para regresar a España.
Miércoles, 12 de febrero de 2025
Proyecto de cría de pollos
Empiezo el día regando las cebollas y los tomates, después desayunamos y a las nueve vienen a recoger a Lola y a Eva para iniciar su excursión al sur y visitar el baobab sagrado, Fadiouth, una isla artificial formada por conchas y unida a Joal por un largo puente de madera y acabar el día durmiendo en una cabaña en la zona de Palmarin. Hortensia también va hoy a Dakar, para ir al dentista y al otorrino, así que paso el día en la casa, entretenida con la contabilidad del proyecto de la cría de pollos, actualmente parado, a la espera de una nueva compra de polluelos que lo reactive. Hasta ahora, han finalizado cinco remesas, desde que iniciaron la actividad en mayo del año pasado, la última, íntegramente vendida por las mujeres, para la celebración de las fiestas de Navidad. Cada vez compran 150 polluelos, y las vacunas y sacos de alimento, necesarios para su cría y únicamente, dos de las mujeres, para reducir riesgos de contagio de enfermedades, entran tres veces al día, para encargarse de su cuidado. Las restantes doce mujeres integrantes del proyecto, se encargan de desplumar, limpiar y preparar los pollos, una vez sacrificados, para su venta. Tienen la venta asegurada de cien, a un hotel de Thiés, cuyo propietario es un español amigo de Hortensia, y el resto, los venden entre el colegio, la casa de voluntarias, la casa de la congregación y las mujeres del proyecto. Me sumerjo en las dos libretas de cuentas y nado entre las facturas, intentando sacar el agua clara, pero por el momento, sigo avanzando entre el lodo. Después de comer, desisto, dando descanso a las neuronas, mientras activo los músculos, trasplantando una planta de albahaca y preparando la zona de delante de la cocina, de fácil acceso al riego, para poder plantar más cosas que no necesiten mucho sol puesto que sólo recibe sus rayos un rato por la tarde. Profundizo más de un palmo, aflojando la tierra y retirando las piedras y pequeños trozos de runa que afloran y que acumulo en un carretillo.
Jueves, 13 de febrero de 2025
Más cuentas
Ayer por la noche estuve viendo videos de recetas y dejé lentejas y quínoa en remojo, para hacer distintas elaboraciones y en cuanto me levanto, antes de la primera llamada a oración de las mezquitas, me pongo manos en la masa, aplazando mi primera tarea diaria, la redacción del esperado diario. Pensaba ponerme en cuanto avanzara la receta del pan de lentejas, aprovechando el reposo antes del horneado, pero como enlacé varias recetas, se pasaron las horas volando y acabé desayunando pasadas las diez y posponiendo la primera tarea hasta los últimos momentos del día. Con el pan, pese a las limitaciones de la pequeña freidora de aire que uso como horno y aumentando el tiempo de cocción para que no quede crudo por abajo, obtuve un resultado aceptable, en cambio, las crepes de lentejas fueron un completo fracaso, al pegarse en la sartén y no poder darles la vuelta. Como calculé las medidas de las lentejas de las recetas antes del remojo y después del mismo, más que duplicaron su volumen, aún me sobran muchas, con las que preparo lentejas con verduras para la comida. Con las crepes de quínoa tuve más suerte y las pude comer para desayunar, con la mermelada de papaya. Tras varias horas entre fogones, me reúno con Hortensia en el colegio, me ha traído más libretas con gastos de la escuela y los importes de los seguros de los autobuses y me pide que le ayude también, con las cuentas de la congregación, que ha de enviar a Dakar. Hoy toca comida en la escuela y regreso a casa con un plato de thieboudienne, el plato nacional, que las cocineras han preparado hoy y que reservo para la cena para compartirlo con Eva y Lola. Al acabar de comer, a las tres, llega Hortensia con una máquina de coser para arreglar varias cosas que tiene pendientes, pero tras instalarla y enhebrarla, con bastante dificultad, se da cuenta que le falta el botón de tensión del hilo, cosa que impide su correcto funcionamiento. Mientras, yo, retomo la contabilidad de los pollos, con la nueva libreta y el dinero de la caja, que ha traído sor Reymond. Me sigue faltando información, pero voy cuadrando los importes con los datos que tengo. Convocan a Jana para que venga y Hortensia decide separar 305.000 CFAs de la caja, para los gastos de la nueva comanda y realizar, por fin, el nuevo pedido para recogerlo el lunes, una vez pasada la famosa boda de este sábado, que mantiene a las mujeres ocupadas en sus preparativos, hasta entonces. Además, acuerda, que cada mujer que participe en los trabajos, recibirá un pollo gratis, como compensación a su dedicación, reservando también, diez pollos para la casa de voluntarias. A las cinco, llegan las chicas, con ganas de participar de la vida de Sanghé, y repetimos el proceso de los tintes, estampando sábanas, toallas y un mantel. Eva, cose a mano, las dos almohadas que había que arreglar y Lola se dedica a regar, antes de la cena.
Viernes, 14 de febrero de 2025
Ideas para la inauguración
Mientras desayunamos, llega Hortensia, para saludarnos y traer la tela con la que quiere decorar la escuela, el día de la inauguración de las obras de las clases del segundo piso, el próximo viernes 21. Tras una ilusionante lluvia de ideas, visionamos una bienvenida protagonizada por algunos niños y globos con sus manos pintadas y una letra que acabe formando la palabra bienvenidos. Llevamos todo lo necesario y en la escuela, materializamos la idea y aprovechamos el recreo para reunir a nueve niños y explicarles la coreografía imaginada. Ayer, cambiamos los planes iniciales para la excursión de hoy, dejando para otra ocasión la visita a la reserva de Bandia, para tener más tiempo para colaborar con Hortensia. A mediodía nos pasa a buscar Jules, el guía que ha enviado Maurice, para acercarnos a La Somone, donde degustamos un delicioso pescado, mientras observamos pelícanos y otras aves que habitan en la famosa laguna. Atravesamos Saly, con sus hoteles y resorts de lujo, para continuar después, con la impresionante experiencia de la llegada de los pescadores a la playa de Mbour. Cientos de puestecitos esparcidos por la arena, ofrecen el fresquísimo pescado, recién descargado de los cayucos, alineados en la orilla, formando una estampa espectacular. Carretas de caballos dentro del mar, recogiendo pescado y pescadores para acercarlos a la arena, hombres descargando el pescado en cajas sobre su cabeza, decenas de pescadores guardando una larguísima red de pesca y cientos de personas coloreando la animada playa, convertida en la lonja más pintoresca que te puedas imaginar. De regreso, todavía con las insólitas imágenes en nuestras retinas, seguimos conociendo el país y sus costumbres, a partir de las explicaciones de Jules. La historia de los niños talibés, confiados por sus familias a los maestros marabús para el estudio del Corán, y que acaban convirtiéndose en mendigos, que deambulan todo el día por las calles, obligados a entregar la recaudación diaria al marabú, nos impacta especialmente. Acabamos la excursión en casa de Hortensia, para ir a comprar telas, en una tienda cercana, pero ya es tarde y tras charlar un rato, regresamos a casa. Esta noche empiezan las celebraciones de las tres bodas de mañana y sobre las nueve empezamos a escuchar los tambores y la música. Teníamos pensado acercarnos, pero estamos cansadas y finalmente, desoímos la llamada de los tradicionales djembés.
Sábado, 15 de febrero de 2025
Triple boda
Llegó el día de la famosa boda de la que todos hablaban. Ayer, ya vimos varias carpas, instaladas al lado del pequeño mercado y ya nos dijeron que eran para la boda. Habíamos entendido que iba a ser por la tarde y ya estábamos enfrascadas en tareas domésticas y a punto de ponernos con el diseño de la tela de agradecimiento para la inauguración, cuando llega Hortensia, para informarnos que la boda es a las once y aconsejarnos que vayamos con tiempo para poder sentarnos durante la misa, así que lo dejamos todo, para vestirnos, con nuestras mejores galas y dirigirnos a la iglesia. Cuando llegamos, todavía está vacía, pero como intuimos que habrá muchos invitados, preferimos quedarnos fuera, de pie, para que puedan sentarse los familiares y allegados. Se casan tres hermanos, los tres muy elegantes, con el mismo precioso traje blanco y negro. Las novias van de blanco y largo, igual que en España y el resto de invitados con sus coloridos trajes de fiesta. La ceremonia se alarga más de dos horas y tras la salida, recorren los pocos metros que separan la iglesia de las carpas, sin aparente dificultad, a pesar de los tacones y la arena. La gran carpa blanca, cerrada completamente, es la sala del banquete, donde se van acomodando a los familiares y amigos más cercanos, mientras que en la carpa del techo azul se van sentando el resto de invitados, entre ellos, nosotras, acompañando a Hortensia. Las grandes mesas redondas y las sillas engalanadas de blanco, no difieren mucho de los banquetes de boda a los que estamos acostumbradas, pero los sitios no tienen nombre y los organizadores van pasando gente y acomodándolos en las mesas en función de la disponibilidad. Así que pasamos de estar en un segundo plano, en las sillas bajo la carpa azul, a integrarnos en una de las mesas, al lado de los familiares más directos y muy cerca de las mesas de los novios. Una vez ocupadas todas las mesas, entran, bailando, las tres parejas de novios, acompañados de las damas de honor. Después llegan los discursos, en representación de la familia de los novios, de las tres familias de las novias y demás invitados importantes. Más actuaciones, en honor a los recién casados, que se alargan hasta las cuatro, momento en el cual, las tres parejas, se dirigen a la zona del buffet para iniciar el banquete y tras ellas, el resto de mesas, bajo una excelente organización, nos vamos acercando para elegir entre pollo, cerdo, el típico thieboudienne, bien picante, arroz blanco, salsa de cebolla, ensalada y patatas fritas. Una hora después, nos escapamos a descansar, y a disfrutar del silencio, ya que compartimos también la mesa, con un gran altavoz, que nos impide prácticamente hablar y nos deja un poco sordas, tras vivir, en primera persona, una gran triple boda senegalesa. Otro día intenso, completado con una bonita puesta de sol que nos guía en nuestro agradable paseo entre vacas, cabras, burros, baobabs, acacias y mangos.
Domingo, 16 de febrero de 2025
Descanso relativo
Hoy, no hay previsto tanto ajetreo como últimamente, al menos para mí, no así para Eva y Lola, que aprovechan el final de su estancia, para proseguir con su inmersión en la vida y cultura del país. A las ocho y media, puntual, a pesar del trasnoche de la celebración de la boda, llega Maurice, para iniciar su última excursión. Esta vez, exploran el norte, hasta la frontera con Mauritania, para descubrir Saint Louis, declarada patrimonio de la humanidad por su pintoresco centro histórico colonial y acabar la jornada disfrutando de las dunas y los paisajes del desierto de Lompoul. Mañana, tras el desayuno, se dirigirán a Dakar, donde han quedado con unos amigos, antes de regresar a España, así que Hortensia viene a despedirse y agradecerles su visita y colaboración. Hoy, voy a comer a su casa, pero antes, aprovecho para liberar tres macetas, trasplantando su contenido a la tierra, y prepararlas para plantar los esquejes de la higuera que preparé hace casi dos semanas y que están en un armario, dentro de una bolsa de plástico, para acelerar su germinación y asegurar su reproducción. Los germinados de lentejas, también los saco del armario, para que reciban luz y cambien el color, tornándose verdes, gracias a la clorofila. Han funcionado mucho mejor los del papel absorbente, los plantados en tierra, deberían estar igual de grandes, pero intuyo que les ha faltado agua, puesto que al ser prácticamente arena, deben necesitar más riego para mantener la humedad necesaria para su desarrollo. Después de la comida, Hortensia me acompaña para hablar con un vecino artista y pedirle que haga dos placas, una con la inauguración de la escuela y otra con la presente ampliación y también, la tela para agradecer a Manos Unidas su trabajo. Él, recomienda, pintarla primero con pintura acrílica blanca, para que quede mejor y sea más fácil trabajar y acordamos, entre todos, el diseño final. Aclarado todo, nos dedicamos a organizar mejor las cosas que tiene para vender a los huéspedes, hasta ahora, olvidadas al final del pasillo, dándoles más protagonismo y visibilidad y poniendo todos los precios. Y antes de que Hortensia regrese, para el rezo de las siete, compartimos con las mujeres y sus hijos, mi último riego vespertino del huerto de este viaje, puesto que mañana, a esa hora ya estaré camino del aeropuerto.

Lunes, 17 de febrero de 2025
El final del verano llegó… y yo partiré
Todo llega y todo pasa. Mi corto verano, llega a su fin y esta noche vuelvo, de nuevo, al invierno barcelonés. Atrás quedan dieciséis días difíciles de olvidar, llenos de sonrisas cómplices, esfuerzos gratificantes y resultados motivadores. Paso, mis últimas horas en Sanghé, intentando cerrar todos los frentes abiertos, en una jornada contrarreloj, de la que nunca salgo victoriosa. Aclaro con Jana, las cuentas de los pollos, anotando el desglose de las ventas a las mujeres, los importes abonados y los pendientes de cobro. Luego, antes de ponerme con las cuentas de la escuela y de la congregación, me dedico a plantar los tres esquejes de higuera, con la ilusionante esperanza de obtener nuevos árboles, que acompañen al que trajo Hortensia de España y que plantamos en la casa hace dos años y, de que, pronto, nos regalen abundantes y deliciosos frutos. Me reúno con Hortensia en la escuela, luego vamos a su casa a comer y a continuar con las cuentas, para intentar dejarlas actualizadas, aunque pronto acepto, que no conseguiré derrotar al reloj en su caminar inexorable y vuelvo a casa a preparar la maleta, con todas las cosas que dejo aquí, para mi próxima estancia y la mochila, con las pocas cosas con las que regreso, llevándome, como deberes, acabar todas las cuentas y enviarlas por mail. A las seis y media, Ibrahima, me lleva al aeropuerto, poniendo fin, a otro viaje emocionante y enriquecedor.
