Donde se encuentran la pasión y la dedicación
ONGd Red Azul
Raíces y Alas para Soñar
Nuestra fuerza radica, no sólo en las ideas que defendemos, sino, y lo que es más importante, en los frutos de nuestras iniciativas. Desde el inicio de nuestra andadura, en septiembre de 2014, nos esforzamos en conseguir mejoras significativas en la vida diaria de las comunidades donde trabajamos. La sonrisa de los niños que pueden asistir a clase gracias a nuestras becas, la gratitud en la mirada de las mujeres que inician con ilusión proyectos para alimentar a sus familias, la alegría compartida al ver por fin, brotar el agua bombeada desde más de 200 metros de profundidad…, son las cosas por las que entendemos que vale la pena dedicar un poco de nuestro tiempo y nuestro esfuerzo.
Como dice Galeano, pequeñas acciones pueden convertirse en una gran transformación: «Mucha gente pequeña en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas pueden cambiar el mundo».
Si tú también quieres formar parte del cambio, para marcar una diferencia medible en la vida de los demás, no lo dudes...
Nuestra historia
Red Azul nace como entidad en Barcelona, en septiembre de 2014, fruto del interés de un grupo de personas vinculadas al colegio Inmaculada Concepción de Horta en aportar soluciones a los problemas detectados en la sociedad actual. Aun siendo plenamente conscientes de la inmensidad de las necesidades a abordar y de nuestros modestos recursos, decidimos embarcarnos en esta aventura de solidaridad guiados por la ilusión que nos invade al emprender pequeños proyectos que se convierten en grandes avances.
Empezamos nuestro viaje, concediendo becas para la escolarización y para el comedor en el colegio Inmaculada Concepción de Horta, en Barcelona, porque aunque siempre pensamos en la ayuda a los países menos desarrollados, detectamos necesidades, también, entre nuestros vecinos más próximos.
Paralelamente, iniciamos el camino de la ayuda internacional, valorando las demandas que recibimos de las contrapartes locales, principalmente de la congregación de la Inmaculada Concepción de Castres, fundada por Jeanne Emilie de Villeneuve el 8 de diciembre de 1836. Contar con el inestimable apoyo de la congregación nos facilita y mucho la gestión y supervisión de los proyectos aprobados, puesto que nos aportan su visión desde la experiencia y el conocimiento profundo de las necesidades y la realidad del país destinatario.
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Nuestra historia no ha hecho más que empezar, nuestro deseo en el horizonte, seguir escribiendo páginas de superación, transformación y desarrollo sostenible allí donde podamos ser de utilidad.