Presidenta de la Delegación de Burgos 

" Mi incursión en la solidaridad comenzó cuando apenas con 9 años, aquellos misioneros que pasaban por mi colegio despertaban en mí, a pesar de mi corta edad, un querer, un sentir llegar a las “Misiones”.

De eso restaba mucho. Pero el mensaje continuo conmigo toda mi vida a modo de “llamada”. A lo largo de mi formación y mi trabajo siempre opté por el campo social “dándome” a las personas ubicadas en las periferias o bien en las fronteras de la vida (personas con adicciones, transeúntes, personas mayores, etc.)   

África irrumpió mi vida en el 2002, como un portazo, después de cerrar un capítulo de voluntariado internacional en Perú y México. Desde entonces llevó 21 años trabajando como técnico de cooperación al desarrollo en cientos de proyectos, una buena parte de estos ligada a las Hermanas de la Inmaculada Concepción de Castres en seis países africanos.  Inmersa en descubrir la identidad de esa genealogía que me lleva a la incidencia social, sin perder de vista el ejercicio de los derechos humanos y  de la justicia que nos  lleva en su proceso de transformación social  a un desarrollo sostenible y holístico de los pueblos y países empobrecidos.   

Esta intrahistoria, hoy es un camino andado que me identifica, me encarna a pesar de las dificultades y me orienta a un Proyecto de vida. Y como mujer esa misma genealogía me despierta al lado simplemente de tantas mujeres que pueden y despliegan sus alas, esas mujeres africanas capaces de transformar con su trabajo y alternativas la vida de ellas y de sus familias".

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